viernes, 5 de agosto de 2011

Visita de mis padres

Al final acabó produciéndose, la "temida" visita de mis padres, pero todo fue bien, en realidad fue mejor que bien, fue fenomenal.

Yo tenía mis dudas con respecto a esa visita, tenía duda de ver cómo nos apañaríamos los tres en mi piso, después de todo, no es demasiado grande, por lo que no podemos disponer de demasiado espacio para cada uno, además de que tenía mis dudas en cuanto a cómo se apañarían ellos aquí, un país extranjero, pero como decía antes, todo fue sobre ruedas.

Aprovechando que tenía que bajar a España para asistir a la boda de unos amigos, saqué un billete de avión a mis padres para mi día de regreso, de ese modo yo podía guiarles en todos los pasos por el aeropuerto, tanto de Madrid como el de aquí, de Arlanda. Así ellos vinieron mucho más tranquilos, con la seguridad de que no se perderían ni tendrían ningún problema lingüístico.

Lo cierto es que si me pongo a pensar, este el primer viaje que hacemos los tres juntos, al menos desde hace un buen puñado de años, tantos que casi ni me acuerdo. Creo que la última vez que viajamos todos juntos fue a Benidorm, al hotel Fenicia, cuando yo no debía tener más de 10 años (y muchos me parecen, yo diría unos 8). Después, mis viajes junto a ellos se dieron únicamente con uno de los dos, pues el otro se tenía que quedar cuidando de mi abuelo. Así que han pasado la friolera de 20 años...

En mi familia siempre hemos sido muy independientes, hemos funcionado muy bien solos, sobre todo mi madre y yo. Mi padre... también, pero cuando le interesa. Supongo que eso era lo que me preocupaba, que por estar en un país extranjero de pronto se volvieran dependientes de mí, que tuviese que estar pendiente suya. Pero nada más lejos de la realidad, ellos funcionaron solos a las mil maravillas, junto a mí recorrieron la ciudad, les enseñé los sitios más importantes, pero ellos tuvieron tiempo, y sobre todo ganas, de descubrir por sí mismos.

La verdad es que recorrimos toda la ciudad, fuimos al palacio real, al cementerio patrimonio de la UNESCO, hasta pudimos disfrutar de las tipiquísimas barbacoas a la orilla del lago. Juntos disfrutamos de la ciudad, tanto de día como de noche (mi madre quedó gratamente sorprendida de la Estocolmo nocturna) y se marcharon con la sensación, yo también, de que habían estado muy poquito tiempo. Si por ellos hubiese sido, se habrían quedado 2 meses.

No se puede decir que mis padres no disfrutaron aquí pues vinieron, estuvieron y se fueron con una sonrisa dibujada en su cara:

4 comentarios:

Flinkitunki dijo...

Mooola. Seguro que les encantó el lugar y con un guía como tú más!!!

Alberto dijo...

Todos disfrutamos con la visita. Yo hice lo posible para que se sintiesen como en casa, y creo que lo conseguí

Lester dijo...

Me alegro, las visitas paternas han sido gratas para todos. Y sorpresivas de buen rollo :)

Alberto dijo...

Sí, definitivamente así fueron, creo que "lo veíamos tan negro" que a poco que sucediese irían bien, pero es que, a la hora de la verdad, fueron realmente bien.