lunes, 15 de agosto de 2011

Riga: Girls, guns & party

Chicas, armas y fiesta reza el título de esta entrada (para aquellos menos duchos en la lengua de Shakespeare), todo eso nos ofrecía Riga y eso fue precisamente lo que encontramos allí, así que subid a bordo que el viaje va a comenzar, ¡¡salud!!

Riga la capital de la República báltica de Letonia. Es la ciudad más grande de los estados Bálticos y el mayor centro cultural, educativo, político, financiero, comercial e industrial de la región.

El centro histórico de Riga ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ya que Riga posee la mejor [cita requerida] colección de edificios de Art Nouveau en toda Europa. La capital letona ha sido elegida como Capital Europea de la Cultura en el año 2014. Pero es que, además de todo eso, nos dejaban jugar con pistolitas... bueno, a decir verdad, nos dejaron jugar con algo más que pistolitas...

Con una oferta así, ¿cómo resistirse? ¡imposible! Así que Gerardo, Fernando y yo nos lanzamos a un fin de semana por la capital letona, había que darlo todo, no podíamos dejar en mal lugar la fama de "cierrabares" que tenemos los españoles, y estoy seguro de que se acordarán de nosotros.

Lo bueno de salir con Fernando es que uno sabe cómo empieza la noche, pero no cómo terminará o más concretamente, con quién terminarás. En esta ocasión dimos con un grupo de militares escoceses que habían ido a Riga de despedida de soltero. Se alojaban en nuestro mismo albergue y , en las fotos, el novio es claramente identificable, después de todo iba vestido con traje de novia.

El espectáculo estaba asegurado, escoceses borrachos y españoles con ganas de juerga, no creo que Riga estuviese preparada para semejante combinación. La noche fue ES-PEC-TA-CU-LAR y se generaron miles de anécdotas para recordar dentro de mucho tiempo mientras nos tomamos una cerveza... ¿por ejemplo? Pues bien, la pareja que aparece en la foto son el dueño del albergue en el que nos alojamos y su mujer, a los que conocimos en una discoteca y que terminaron pagándonos alguna ronda después de que su mujer fuese magreada por la tropa inglesa.

Pero claro, no sólo de fiesta vive el hombre, también tuvimos tiempo para recorrer la ciudad, pasear por sus calles y, sobre todo, disfrutar de su gastronomía, no muy variada, pero sí muy muy apetitosa.

Sin duda un gran fin de semana, fiesta a raudales, una bonita ciudad, pero sobre todo, una inmejorable compañía.









Y para terminar... YO, una máquina de matar


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