miércoles, 11 de agosto de 2010

Fixius


Cuando era pequeño tenía un sueño que se repetía con cierta frecuencia, volaba. Bueno, siendo totalmente sinceros no volaba, lo que hacía era suspenderme en el aire gracias a la ayuda de mi chaqueta que hacía las veces de ala. Tenía una gran técnica y recuerdo que me suspendía en el aire en las inmediaciones de mi casa con toda la facilidad del mundo.

Este sueño era tan real que cuando pienso en él me pregunto si no sucedió realmente, porque en mi cabeza lo veo tan claro (o tan difuminado) como el resto de recuerdos de mi tierna infancia.

El caso es que cuando me hice algo más mayor dejé de soñar, tal vez me volví un poco más realista y teniendo en cuenta lo que pesaba, que me levantase el aire era prácticamente imposible, a no ser que fuese un huracán de categoría 1 (que digo yo que será la más alta).

Con la edad adulta lo de volar lo veía complicado, pero un día juraría que me elevé del suelo aunque fuese unos milímetros. Tal vez fuese otro sueño, ha pasado tanto tiempo que empiezo a no tenerlo demasiado claro.

Creo que mis días de volar se acabaron para siempre, ahora lo más que puedo hacer es caer con estilo.