jueves, 21 de octubre de 2010

Las fiestas en casa del embajador...

Lo que es la vida, si alguien hace 10 años me llega a decir que yo iría a una recepción (bueno, dos en realidad) en casa del embajador, sinceramente le diría que "no alucinase". Porque yo, como diría alguien que me conoce, soy un niño de la calle. Fui un niño de la calle, y claro, eso es algo que nunca se olvida, que nunca se pierde.

El Barrio está tan dentro de mí que forma una parte importante de mi persona, con lo bueno y lo malo que eso conlleva, claro está.

En fin, que me desvío del tema sin yo pretenderlo.

La vida, que da muchas vueltas, me ha traído Estocolmo, y como sabéis, mi trabajo me ha llevado a la embajada. Tal vez mañana, todo eso cambie, y mi karma me lleve por otros derroteros, iremos viendo lo que nos depara según vaya llegando.

En fin, en cuanto al sarao (o saraos) en cuestión, he de decir que no estuvieron nada mal, nos dieron de comer pero que muy bien, al menos, para alguien al que le gusta todo como yo. Además, aprovechamos para comer alimentos que comemos menos por aquí, como pescado. El salmón, tanto asado como ahumado estaba realmente muy bueno. El solomillo... en su punto, muy muy jugoso... en fin, que nos pusimos como el kiko.

Cuando ya esta finalizando la comida, aprovechamos para sacarnos fotos por la embajada (básicamente para hacer un poco el tonto poniendo poses interesantes). He de reconocer, que el edificio en sí, lo que es la casa del embajador, me pareció acogedor. Un lugar amplio, pero en el que uno se siente cómodo sentado en sus salones, para nada ostentoso.

Toda una experiencia señores.

3 comentarios:

Peña dijo...

Vaya "chabolilla" que tiene el embajador...

Mendigando sonrisas dijo...

Parece un reportaje de Hola

Teherán dijo...

Muy buenas las fotos, me he echado unas risas.