domingo, 10 de octubre de 2010

Ruta en bici y Skogskyrkogården

Aprovechando el día tan bueno que nos regaló ayer Estocolmo decidí lanzarme y coger la bici por primera vez en mi estancia aquí. Mi predecesor aquí tuvo a bien regalarme la suya, que si bien está hecha un poco cascajo, la pobre todavía puede dar algo de guerra.

Estocolmo es bastante llano, al menos las zonas que yo visité, y está totalmente cubierto de carril bici, por lo que recorrer la ciudad es una auténtica gozada.

Disfruté como un enano.

Sin duda la bici es el mejor método para moverse por Estocolmo. Ah, estas fotos son de mi primer día, ayer hizo bastante sol.

Para la tarde dejamos una visita al Skogskyrkogården. Alan nos comentó que era un sitio precioso, así que fuimos a pasar allí la tarde.

"Cuando se creó Skogskyrkogården a principios del siglo XX, era un cementerio excepcional sin parangón entre los cementerios de la época. Actualmente es considerado como una de las creaciones más importantes de la arquitectura moderna. Pasear por el paisaje de Skogskyrkogården y visitar las diferentes capillas constituye una excepcional vivencia artística, arquitectónica y natural. En la loma de guijarros poblada de pinos, los arquitectos Gunna Asplund y Sigurd Lewerentz han creado un cementerio excepcional en el que la naturaleza y la arquitectura forman un conjunto armónico. Todo está estudiado en sus más mínimos detalles para tener un efecto sanativo en los allegados de los difuntos. Desde 1994 Skogskyrkogården forma parte de la prestigiosa lista de Patrimonio Universal de la UNESCO. Además, ha tenido una gran influencia en la conformación de cementerios en todo el mundo"

Información extraida de un tríptico a la entrada del Skogskyrkogården

Y qué más puedo añadir... se trata de un lugar especial, el cual ha de ser precioso de visitar en cualquier época del año, pero ahora, el otoño le da un color mágico.

Para rematar la tarde Alan se pasó la mañana preparando galletas y Bea una salsa griega y pan de pita, así que concluimos nuestra visita con una merienda en lo alto de la loma del olmo viendo atardecer.

Toda una experiencia.

Por cierto, la mayoría de las fotos que ilustran nuestra visita las tomó Alan.

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