lunes, 11 de abril de 2011

Son sus costumbres y hay que respetarlas v 3.0 (China 4/6)

Vamos ya con las costumbres de los chinos. Todavía tenía una entrada pendiente sobre ellas, y aquí la tenéis. Se que estabais como locos, casi tanto como los fans de Justin Bieber, pero las cosas buenas, buenas de verdad, se hacen esperar.

Como ya comentaba el bueno de Cifu (de cuyo blog he tomado prestada la foto), lo de los niños en Pekin es algo curiosísimo, un hecho que puede pasar desapercibido si no prestas atención. Los pantalones de los angelotes vienen equipados de serie con una raja/fisura en el culo para facilitar que puedan efectuar sus necesidades en cualquier momento. Sí, lo sé, yo también me quedé con cara de "WTF!!! :roto2:" pero esto es así, real como la vida misma, además, hace que te preguntes... ¿no se les helará el culo a los pobrecillos?

Cuando uno va a una ciudad como Pekin, con 22 millones de habitantes, piensa, o al menos yo lo pensaría, en cómo se tiene que apañar para convivir tanta gente, cómo coexisten tantos chinos en un lugar es todo un misterio, sobre todo porque para ellos conceptos como dejar salir antes de entrar en el metro no existen, allí más bien funciona el "yo entro ahí por mis cojones", toda una lucha de poder que hace que tan solo los más aptos sobrevivan.
Esta lucha se vuelve a ver, acrecentada si cabe, en la circulación. Allí conviven peatones, ciclistas, trastos mitad bici mitad moto, motos, coches y chismes mayores que los coches, ¿cómo lo hacen? pues ni idea, porque cruzar una carretera por un paso de peatones con el semáforo en verde no garantiza que no mueras en el acto, que no te atropelle una bici, o que un coche no te pite hasta la extenuación.

Otro dato importantísimo de la sociedad china es su gusto, o no gusto según se mire, en el vestir. Todo el mundo sabe o ha de saber que yo de ropa no entiendo, francamente me da igual, pero hasta yo sé que no te puedes poner unos pantalones verde fosforito, con una chaqueta rosa chicle y, de postre, un sombrero de oso panda, ¡hasta yo sé eso!.
El gusto de esta gente por los sombreros raros raya lo enfermizo, pero lo peor de todo es que piensan que es algo que queda bien...


Todo el que me conozca mínimamente sabe que yo dormir, lo que se dice dormir, duermo poco, además, para más inri, necesito unas condiciones concretas para que el sueño se produzca, y son: ausencia de luz, vamos que esté todo más oscuro que Kunta Kinte, y silencio. Pues bien, los chinos no, gozan de lo que para mí es un extraño superpoder, ellos pueden dormir en cualquier sitio, no importa la hora, no importa la posición, no importa el lugar, ellos se quedan allí fritos. ¿No me creéis? adivinad dónde fue tomada la instantánea que ilustra esta parte (pista para vagos, "conocida cadena de hamburgueserías americana cuyo logo es una M").

Y por último, pero "no más importante", la curiosidad con la que cierro el apartado de "Son sus costumbres y hay que respetarlas", y que es el sueño de cualquier voyeur, las magníficas vistas con la que gozan todos los baños. No es que lo comprobara en mis propias carnes, puesto que al único baño que entré fue al de Cifu (ahí fue tomada la foto), pero según me contó él, este hecho se da con asiduidad... LOS BAÑOS TIENEN UN MAMPARA QUE DA A LA HABITACIÓN... así que tú te estás duchando cómodamente mientras tu novio, pareja, o con quién quiera que compartas piso, te ve el culo tumbado en la cama.

Aquí se terminan las curiosidades referentes a mi aventura pekinesa, aún tengo pendientes un par de entradas con las que cerraré el que ha sido hasta la fecha el viaje más importante de mi vida. Para despedirme sólo quiero recordaros una frase, que además ilustra esta serie de entradas, "son sus costumbres y hay que respetarlas". Ellos viven así, nos choca, nos divierte porque es distinto, pero no es ni mejor ni peor, sólo distinto.

3 comentarios:

Toni dijo...

El otro día en el supermercado, estaba yo inclinado viendo unos pescados muy ricos y en esto que pasa una china, se para como a mi altura (yo estaba de espaldas) y se paró PARA TIRARSE UN PEDO que duró al menos tres segundos. La gente de alrededor lo oyó y todos me miraron porque pensaron que había sido yo.

No viene a cuento lo que acabo de decir (porque no creo que tirarse pedos en público sea una costumbre china) pero me he acordado de ello.

Alberto dijo...

Error. Tirarse pedos y eructos sí es una costumbre china, o eso me han comentado. Yo no lo puse porque no lo viví en primera persona (sí vi lo de los escupitajos en el metro por ejemplo), pero una compañera de aquí, que vivió en China un año me lo dijo, que en medio de una reunión son capaces de echarse un pedo o un eructo y no ponerse ni colorados.

Anónimo dijo...

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