miércoles, 22 de diciembre de 2010

Son sus costumbres y hay que respetarlas (China 2/6)

Porque el choque cultural con China es importante. Uno, cuando va a ir a un sitio así, pues lo puede imaginar, "son muy distintos" pues sí, pero hasta que no lo vives, no llegas a hacerte una idea de lo distinto que es todo.

Como siempre, una cosa es decirlo (o pensarlo) y otra cosa es verlo... en la entrada de hoy intentaremos plasmar un poco esas diferencias culturales, además, fijo que os echaréis unas risas, porque tienen cada cosa...

Cuando uno llega a cualquier país, lo primero que hace es buscar su supermercado de referencia (eso, claro está, cuando se viaja en plan tirado, como un servidor suele hacer), el lugar dónde comprar alimentos para el día a día en la ciudad. Y digo bien, día a día, porque un Día es precisamente lo que yo encontré, si es que... "Día, donde cada precio es una oferta" eso sí, no había ni un producto remotamente conocido, pero no por ello me iba a amedrentar, así que me armé de valor y llené mi buche con alimentos procedentes de semejante lugar.

Algo que choca bastante es cómo aplica los descuentos esta gente, porque claro, lo "normal" es ver que los jubilados y los menores de X años entran gratis, eso es "lo lógico", pues no, Pekin tiene su propio tempo. Allí no pagan los que son más bajitos de 1.20 metros. Vamos, que a mí me hubiese tocado aflojar desde que tenía 3 años, jejejejejeje.

Un punto bastante negativo de Pekin es el tema de la contaminación. Por fortuna, los días que estuve allí hizo bastante viento, era un poco molesto (sobre todo el día de la Gran Muralla), pero mantenía el ambiente limpio. Sin embargo, un par de días el viento se calmó y apareció inmediatamente la capa de polución que podéis apreciar en la imagen.

Otro punto bastante desagradable es que son bastante sucios. Allí el tema de escupir (gargajo incluido) es algo totalmente común, es más, ves a la gente hacerlo incluso dentro del metro... sí sí, habéis leído bien, dentro del propio vagón del metro lo hacen, lo cual es muy repugnante.

Por el contrario tienen cosas muy positivas, como el tema de los aseos públicos. Resulta que en Pekin te encuentras un baño más o menos cada 200 metros y no es coña. Ya estés en pleno centro de la ciudad como en un hutong de mala muerte, cada poco rato andando te encuentras un cartel que te señala la ubicación de un baño público.

Pero es que eso no es todo, resulta que esos baños están límpios... ¡alucina! Porque claro, pese a que lo olvidemos algunas veces, China sigue siendo un país comunista y el tema del pleno empleo está ahí, tiene que dar trabajo a sus gentes, así que cada baño tiene un encargado de mantenimiento asignado, al que puedes acudir (e incluso llamar por teléfono) en caso de necesidad. En la foto tenemos al señor Cheng posando muy atractivo él.

Todavía hay mucho que contar, pero será en la próxima entrega, que no quiero aburrir al personal soltando "chapas" de mil líneas...

2 comentarios:

Mendigando sonrisas dijo...

Eso es contar cosas. Me ha encantado el post!!

Alberto dijo...

Celebro que te gustase, alguno más habrá como este