Es más, cuando leáis esto, si lo hacéis en torno a la hora de publicación de esta entrada, me encontraré camino de mi destino, Estocolmo, me voy a trabajar allí.
Toda una sorpresa, ¿no? en fin, así soy yo, un tipo extraño. El otro día pensaba sobre ello, sinceramente creo que con los años me he vuelto más reservado, y mucho más de un tiempo a esta parte, pero al final, lo cierto es que nunca me ha gustado llamar la atención y decir que me iba a vivir fuera habría sido precisamente eso. Es algo que no va conmigo, siempre he preferido el segundo plano y estar callado.
El camino que hoy desemboca en esta aventura se inició el 31 de marzo, lo recuerdo perfectamente por otros sucesos que no vienen al caso contar aquí. Ese día solicité participar en el proceso de selección para las becas de las Cámaras de Comercio Español. Dicho proceso constó de tres etapas, primero superar una prueba de conocimientos informáticos que se llevó a cabo el día 24 de abril. En segundo lugar, una prueba de inglés el día 22 de mayo, y por último, una entrevista personal que tuvo lugar el 24 junio.
Cada una de las pruebas tenía un carácter eliminatorio y a la entrevista personal llegamos los 200 mejores, de los cuales tan solo 60 obtendrían destino.
El tema de la asignación de destino es algo complejo, puesto que al solicitar esta beca se te solicitan una lista con tus países de preferencia, pero que luego a la hora de la verdad tampoco es tenida muy en cuenta. En mi caso las preferencias iban por la zona de Asia-Pacífico y Norte América, pero pese a obtener una buena posición, decidieron asignarme Estocolmo/Oslo (puesto que tendré que moverme entre los dos países).
El 15 de julio me asignaron destino y desde mediados del mes de agosto hasta finales de septiembre, lo pasé haciendo un curso de formación específico, así que durante todo este tiempo no he estado haciendo tanto el vago como podría aparentar, jejejejejeje, en fin, nunca he dejado de hacer cosas, y no voy a empezar a parar ahora.
Y esto es un poco todo, en principio me marcho por un año, aunque francamente no sé qué pasará. Me voy con la mentalidad abierta, como ha estado siempre, y lo que venga bienvenido sea. Tal vez encuentre trabajo allí o bien conozca a una increíble sueca que beba los vientos por mí y decida quedarme, puede que acabe hasta el gorro del frío y vuelva cagando leches... no lo sé, pero tampoco me preocupa lo más mínimo, supongo que ya se verá.
Marcharse se hace más duro de lo esperado puesto que una parte de mí se queda irremediablemente aquí
Me cuesta pensar que nadie tenga el más mínimo interés en visitarme, pero tal vez haya algún aventurero al que le apetezca hacer turismo por aquellas tierras. Yo he "parasitado" bastante en casa ajena como para no permitir lo propio en la mía, así que los que decidan ir serán bienvenidos (en "Próximos destinos" podréis encontrar una entrada donde informo sobre Estocolmo, cómo llegar, temperaturas medias, etc).
Muchas gracias a todos, puesto que de todos tomé algo, de unos más que otros claro está, pero todos vosotros fuisteis participe del "camino" mientras yo lo recorría. Siempre (al menos desde mi edad adulta) procuré tratar a todo el mundo como me gustaría que me tratasen a mí, tal vez no siempre lo consiguiese, pero me esforcé por ayudar de la manera que creí conveniente.
Ahora mis pasos me llevan por un nuevo "camino" (aunque siga siendo el mismo) puede que alguno decida acompañarme, muchos otros se quedarán atrás, pero yo seguro que los recordaré a todos.
Nunca en mi vida pretendí "ser" nada, simple y llanamente fui, soy y seré.
Saramago decía que "Un hombre puede andar por aquí la vida entera y no hallarse nunca, si ha nacido perdido. Y tanto le valdría morir, llegada la hora" Es algo que da que pensar.
Creo que buscar, anhelar algo es el germen de la infelicidad. La vida fluye, aferrarse a las cosas tan solo te genera sufrimiento. No puedes detener las olas del mar, así que en lugar de afanarte en intentarlo tan solo déjate mecer suavemente por ellas. Déjalas elegir, tal vez alguna elija quedarse contigo para siempre, y si no es así, sonríe mientras la ves marchar y alégrate del tiempo que pasó a tu lado, ese será tu regalo.
A partir de ahora esto sí se convertirá en un verdadero cuaderno de bitácora, intentaré ir narrando mis aventuras por aquellas tierras gélidas. Nunca he sentido una gran atracción por la palabra escrita, pero siento una extraña satisfacción cuando comparto mis pensamientos.
Muchas gracias a todos.
Alberto